“Cambiar la Mentalidad de la Gente:” Percepciones de la ganaderia colombiana

Ganado en Santa Marta, Colombia

A nivel global, la ganadería actualmente enfrenta debates poderosos en relación con el bienestar animal, la producción de gases de efecto invernadero y la deforestación. En Colombia, la problemática no es diferente y además de lo anterior parece un ambiente polarizado y una política compleja. A nivel nacional, se mide la productividad económica del sector en términos de PIB[1] lo cual enfatiza la importancia de esta cadena de valor para el país.[2] La ganadería extensiva y los actores relacionados toman un papel significativo en políticas de tierras, lo cual se refleja al nivel local en los impuestos prediales, en las relaciones con la CDA, y en la zonificación de áreas particulares. [3]  Al nivel local, se mide la productividad del sector por el bienestar de familias, comunidades, y los animales mismos. Este bienestar incluye ingresos anuales de las familias ganaderas, la salud del animal, la salud de la tierra y el medio ambiente, y un alineamiento con reglamentos y zonificación de tierras para poder producir tranquilamente.

El ganadero vive como nadie la tensión que se ve en los diferentes niveles de discusión. Por encima del ganadero se proyectan las complicaciones del sector del nivel local, nacional, y global. Al ganadero se le pide alinearse y ajustarse con reglamentos nacionales ambientales y zonificación de tierras. Adicionalmente, se le pide manejar estratégicamente relaciones con políticos, actores armados, y poderes locales. Se le pide producir más y de una forma más eficiente, al tiempo que se le solicita cuidar sus tierras, no tumbar árboles, proteger y conservar el medio ambiente. Desde luego también están incluidos los temas de salud y bienestar animal, tales como vacunación, desparasitación, manejo y cuidados preventivos al tiempo que debe mantener la reproducción en buenos niveles para su subsistencia y el mejoramiento del sector.[4] Todo esto se vuelve aún más complejo cuando se considera que no hay un solo perfil de “ganadero.” El “ganadero” podría ser el ganadero de tierras extensivas, históricamente oponente a la reforma agraria, con alianzas políticas y poder regional. El “ganadero” también podría ser el ganadero pequeño que busca dar un “pan coger” a su familia y se enfrenta con muchas barreras (políticas, técnicas, sociales…) para mejorar su productividad.[5]

Para mí ha sido complicado entrar a este mundo de la ganadería y realmente tener un acercamiento a sus complejidades. A veces parece un mundo de susurros, de cuidado, de no decir lo que podría ofender a un lado u otro. He aprendido más de lo que no dicen, de los espacios, de los silencios, de una tensión que cae en una llamada de Zoom, en una reunión, o hasta encima de unas polas en un billar en Bogotá. Yo entré al tema por mi trabajo final de máster que hice con Tamsin Zandstra a través de la maestría en Latin American Studies con Georgetown University. [6] Nos enfocamos en la ganadería a través de una perspectiva ambiental y de la deforestación, viendo los beneficios de los sistemas silvopastoriles conectados con Pagos por Servicios Ambientales.[7] Enfatizamos como el ganadero de una producción pequeña o mediana se encuentra en un mundo de obstáculos. Muchas veces este ganadero es la víctima de presiones políticas, contextos de conflicto, o simplemente por no encajar con los reglamentos ambientales lo que convierte su negocio productivo en una actividad “ilícita.” La combinación de estos factores crea un ambiente en el cual es muy difícil producir de una forma ambientalmente sostenible.

Sin embargo, todas las entrevistas que he tenido con ganaderos pequeños o con entes relacionados, se expresa una altísima disposición por parte del ganadero a involucrarse más en temas de conservación ambiental y gestionar sus predios de una forma sostenible. Se expresa un interés en sistemas silvopastoriles u otras técnicas de producción que se alineen con reglamentos ambientales locales y nacionales, así como de cuidado de la tierra. Varias voces expresan un interés en participar en más talleres, reuniones, proyectos, o en cualquier capacitación para mejorar su productividad para así poderse alinear con iniciativas de conservación ambiental. Un ganadero de Calamar, Guaviare comento, “siempre he tratado de participar en mucho foro, taller, programa, actividad para el medio ambiente… estoy dispuesto a recibir, a reforestar, a trabajar amigablemente con el medio ambiente[8] Un ganadero en Miraflores, Guaviare comento su entusiasmo por alinear su producción con el cuidado del medio ambiente por medio de sistemas silvopastoriles: “si implementamos sistemas silvopastoriles, la visión de estas personas serían muy diferentes hacia nosotros.”[9] El ganadero no solo busca “un pan coger”, mejorar su productividad, y alinear con estrategias ambientales, sino también busca una tranquilidad de vida, busca “cambiar la mentalidad de la gente[10] y vivir una vida digna.

De la perspectiva ambiental, la narrativa popular es que la producción de ganado es un determinante de la deforestación. La evidencia está ahí: se requiere grandes espacios de tierra para la producción de ganado y se tumba árboles en un proceso llamado “praderización” para crear estos espacios.[11] En territorios donde había cultivos de coca, se encuentra este proceso de praderización dentro de un ciclo: se tumba, se siembra coca, después de unos años de cultivo se introduce ganado, se sigue tumbando para hacer más espacio, se siembra coca… Además de esto, la ganadería también contribuye a otros detrimentos del medio ambiente: compacta suelos, contribuyendo así más a erosionar los delicados suelos al tiempo que se produce menor filtración de agua al suelo. Adicionalmente produce escorrentía orgánica e inorgánica, contamina fuentes de agua; emite metano, y afecta a la capa de ozono. Finalmente, puede contribuir a una disminución de biodiversidad por medio del fenómeno de praderización.[12]

Esta narrativa pinta a la ganadería como el enemigo del medio ambiente, como una fuerza destructiva, como una industria que contamina tierras en vez de un sector que brinda riquezas.

Pero si vas al Departamento del Guaviare, encontrarás una narrativa distinta…

El departamento del Guaviare esta ubicado en el sudeste de Colombia, y consiste en una área de aproximadamente 54 km2. La mayoría del departamento son espacios rurales o amazónicas. El departamento contiene zonificación de tierras y usos de tierra así como están articulados por el Sistema Nacional de Areas Protegidas (SINAP). Las Zonas de Reserva Campesina, por ejemplo, son áreas en que algunas actividades agrícolas son permitidas dentro de áreas protegidas. Estas actividades incluyen medotos agroforestles para producción de las cadenas de valor principales en el departamento como es elplátano, la yuca, la palma de aceite, y el ganado. La ganadería se centra por mayor parte en los municipios de San Jose del Guaviare y el Retorno. Oficialmente solo un 10% del territorio del departamento es adecuado legalmente para la producción de ganado (lo resto es protegido o limita actividades agricolas).[13]

Si vas y preguntas a un ganadero en el departamento del Guaviare como visualizan y como sueñan al Guaviare en el futuro le dirán que hay que “cambiar la mentalidad de la gente” y que “cuando el estado colombiana le echa una mirada a esta parte del país… todos que vivimos aquí estaríamos teniendo una vida sana, responsable del medio ambiente.”[14] Le dirán que las “tumbas” que se solía ver en el departamento cuando se cultivaba coca, ahora se relaciona erróneamente con la ganadería. Le dirán que la ganadería que se ve en el municipio de Miraflores, por ejemplo, es de una escala pequeña y no es el determinante principal de las tumbas de arboles. Le dirán que entidades del estado le han echado la culpa a los ganaderos por la deforestación, cuando ellos solo buscan un “pan coger.”[15]

Los ganaderos del Guaviare no son el “problema” o determinante de la deforestación, sino la solución. Buscan una “vida sana, responsable del medio ambiente.”[16] Los ganaderos reconocen el impacto ambiental de la ganadería extensiva (como determinante de la deforestación) y buscan una tecnificación de su producción para que se ajuste con las prioridades y reglamentos ambientales. En conjunto, los ganaderos reconocen la importancia de tecnificar su producción, buscar fuentes limpias de agua, al tiempo que no contaminan ríos e implementar modelos agroforestales como sistemas silvopastoriles para su producción.[17]

Los sistemas silvopastoriles son un mecanismo que puede aportar al desarrollo del sector ganadero en diferentes dimensiones. En primer lugar, mejoran la productividad y el bienestar animal al tiempo que permiten disminuir los impactos de la ganadería y ajustar la producción a los reglamentos ambientales locales y nacionales. Como consecuencia de lo anterior el ganadero puede recibir mejores ingresos puesto que aumenta su productividad y su eficiencia en el uso de recursos naturales disponibles. Finalmente disminuyen la deforestación y el impacto de este fenómeno sobre la presión del uso de recursos y de la vida silvestre.

El proyecto, “Mainstreaming Sustainable Cattle Ranching” de FEDEGAN, el Banco Mundial – Global Environment Facility Trust Fund (GEF), y del Departamento de Energía y Cambio Climático (DECC) de la Unión Europea destacó los beneficios de sistemas silvopastoriles en: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero; control de la erosión de suelos; disminución de la deforestación; y conservación de la biodiversidad. El proyecto incluyó capacitaciones para acompañarles a los ganaderos a adoptar sistemas silvopastoriles, asegurando altos niveles de productividad y una variedad de beneficios paralelos. [18] El director del proyecto, Manuel Gómez, hablo de la importancia de una “construcción colectiva de conocimiento.”[19] Esta idea responde a la solicitud de los ganaderos en el Guaviare: “hace falta alguien con la información que se comunique con los ganaderos.”[20] Por sus iniciativas de ganadería sostenible, FEDEGAN está llegando a comunidades ganaderas, ofreciendo alternativas a la ganadería extensiva, y tratando de “cambiar la mentalidad de la gente.”

FEDEGAN ha llegado a comunidades ganaderas con un enfoque tanto en productividad como en la conservación. Han facilitado capacitaciones de sistemas silvopastoriles y Pagos por Servicios ambientales a familias que firman un “acuerdo de conservación.” Han buscado formas participativas de involucrar familias, extensionistas, mujeres, gobiernos locales, líderes comunitarios, y el sector privado para mejorar el proyecto y asegurar la sostenibilidad de los esfuerzos en el largo plazo.[21] En FEDEGAN enfatizan la importancia no solo de mejorar la productividad, sino también de ligar al ganadero con el mercado y la comercialización de su producto. Buscan una fuente de ingresos y una vida digna que sea sostenible para el ganadero, no uno que viene de un proyecto de corto plazo. Promuevan la idea de crear una cuenta viva y un capital semilla dentro de las comunidades para financiar el crecimiento de valor agregado de la producción de ganado de carne y leche y sus derivados. Sus proyectos en el valle del Rio Cesar, Bajo Magdalena, Boyacá y Santander, la Ecorregión Cafetera, y la Piedemonte Orinocense podrían ser ejemplos para el Departamento del Guaviare.

He intentado acercarme al tema de la ganadería con mucho cuidado. Mis ideas han sido escuchar mucho, leer e interactuar con diferentes actores. Pero también a partir de contemplar los silencios, tensiones, de fijarme en lo que no dicen, comprendiendo las complejidades con el sentir en vez de la lógica. Lo que he llegado a sentir es una empatía para el ganadero que maneja contextos tan complicados (de productividad, política, conflicto, y medio ambiente). He llegado a sentir una frustración por parte de los ganaderos por la falta de apoyo técnico, atención del estado, presencia de proyectos, acceso a fondos, y la presencia de la academia para facilitar su acceso a una vida digna. He sentido el cuidado por parte de entidades políticas y de academia buscando como acercar a los actores principales en el mundo de la ganadería, ya que puede ser un mundo muy polarizado. He llegado a sentir cautela y dolor cuando uno habla de temas de titularidad de tierra, de la historia de la política ganadera en el país, y conflicto armado como relacionado con la ganadería. También he percibido un sincero compromiso por parte de FEDEGAN a facilitar una vida digna por comunidades ganaderas, aumentando su productividad y alineando sus medios de vida con la conservación ambiental. He descubierto que hay un proceso continuo de una concientización por parte de ganaderos y entes relacionados, especialmente en temas asociados con la importancia de la conservación ambiental y los beneficios de diversos modelos de producción más sostenibles (como los sistemas silvopastoriles). Estos sentimientos no son ni buenos ni malos. Quizás son solo sentimientos y percepciones. Pero para mí son un impulso de seguir explorando este mundo tan complejo, aprender y escuchar a las comunidades ganaderías, y dar luz a sus realidades, buscar soluciones, y acompañar al ganadero en su búsqueda de una vida digna.


[1] La ganadería emplea a más que 800 mil colombianos (un 6% del total empleado y un 19% de empleados del sector agropecuaria). La ganaderia es un 1.4% del PIB nacional y un 21.8% del PIB del sector agropecuario. Aqui estamos hablando de algo grande en terminos de la económia nacional y de la vivienda de comunidades por todo el país. (Meyer, Susanna & Zandstra, Tamsin, “Designing Payments for Ecosystem Services Models in the Amazon to Combat Deforestation: A case for silvopasture systems in Colombia.” Georgetown University: mayo 2022)

[2] Sin embargo, el nivel de productividad en términos del animal sigue siendo muy baja con grades extensiones de tierra con pocas vacas. La tensión ahí se refleja en un comentario de la nueva ministra de agricultura, Cecelia López: “Un millón de familias campesinas tienen menos tierra que una vaca” (El Espectador, Agosto 2022).

[3] La Ley 2 en Colombia estableció una zonificación de tierras y usos de suelo: Tipo A permite procesos ecológicos básicos, Tipo B permite un uso sostenible de recursos del bosque, y Tipo C permite actividades agroforestales, como sistemas silvopastoriles, de una forma regulada.

[4] Entrevista con Mauricio Mendoza, agosto 2022

[5] Entrevista con un ganadero en Miraflores, Guaviare por la Universidad de los Andes – CIDER

[6] Meyer, Susanna & Zandstra, Tamsin, “Designing Payments for Ecosystem Services Models in the Amazon to Combat Deforestation: A case for silvopasture systems in Colombia.” Georgetown University: mayo 2022.

[7] Los sistemas silvopastoriles incorporan árboles, forraje y arbustos en los predios del ganado. Los forestales podrían ser alimentarias para el ganado y/o con fines maderables, de industria, o como otro cultivo generar un ingreso complementario para el productor.

[8] Entrevista con un ganadero en Calamar, Guaviare, Universidad de los Andes – CIDER

[9] Entrevista con un ganadero en Miraflores, Guaviare, Universidad de los Andes – CIDER

[10] Ibid.

[11] Barbosa Delgado, Francisco, et al. “Análisis de la Deforestación: Departamento del Guaviare.” Febrero 2021.

[12] Ibid.

[13] Meyer, Susanna & Zandstra, Tamsin, “Designing Payments for Ecosystem Services Models in the Amazon to Combat Deforestation: A case for silvopasture systems in Colombia.” Georgetown University: mayo 2022.

[14] Entrevista con un ganadero en Miraflores, Guaviare, Universidad de los Andes – CIDER

[15] Ibid.

[16] Ibid.

[17] Entrevista con un ganadero en Calamar, Guaviare, Universidad de los Andes – CIDER

[18] “Implementation Completion and Results Report on a Grant from the Global Environment Facility Trust Fund.” Documents & reports – all documents, 2020. https://documents1.worldbank.org/curated/en/971881609126306199/text/Colombia-Mainstreaming-Sustainable-Cattle-Ranching-Project.txt.

[19] Entrevista con Manuel Gómez, Mayo 2022

[20] Entrevista con un ganadero en Miraflores, Guaviare, Universidad de los Andes – CIDER

[21] Entrevista con FEDEGAN, Mayo 2022

Autora con ganado en el volcan Pacaya, Guatemala

Agradecimientos

Un agradecimiento especial a mi colega y amigo, Mauricio Mendoza por todo su apoyo en este area y por ser mi guia, por motivarme, orientarme, y escucharme.
Un agradecimiento a Manuel Gomez por su generosidad y tiempo y a las colegas de FEDEGAN por abrir sus puertas.
Un agradecimiento infinita al equipo CIDER por involucrarme en sus proyectos en el Guaviare y las comunidades en Miraflores, Calamar, San Jose del Guaviare, y el Retorno por compartir sus historias y permitirme aprender de ellos y conocer un poco de sus realidades.

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